Muchas veces, demasiadas, nos encontramos delante de encrucijadas emocionales y sentimentales bastante serias de finiquitar. Momentos en los que queremos echar al traste todo lo que hemos conseguido, llorar y sacar nuestros sentimientos más oscuros y más tenebrosos contra las personas que nos han hecho sufrir tanto durante estos años. Pero hay otras maneras de desahogarse, y la mejor es la escritura.
Mucha gente piensa que el arte de escribir no vale para nada, que las palabras son vacuas y sin sentido, que solo escribimos en trozos de papel donde hay letras que no simbolizan nada. Pero se equivocan. Como enuncia V en su discurso, las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen que algo tome significado y, si se escuchan, enuncian la verdad.
La escritura nos ha enseñado desde siempre que sabe evocar cualquier tipo de sentimiento desde cualquier perspectiva literaria que se nos ofrezca. Nos puede evocar ira, amor, tristeza, alegría, soledad, plenitud... Esos sentimientos nos los sacan la escritura y las letras, sí, esos pequeños garabatillos en las páginas de una libreta o en la pantalla de un ordenador que mientras que a unos les resultan vacuos, a mucha gente les otorgan la vida.
En cualquier etapa de la vida es bueno reposar durante unos segundos, esclarecer las ideas de nuestra mente y escribir en un papel o en la pantalla del ordenador unas cuantas líneas para desahogarnos. Pero la época donde mejorar va esto es la adolescencia, ya que todos conocemos que durante época, los desgarros emocionales van a la orden del día.
Y os preguntaréis, la verdad, ¿por qué escribe esto? Pues si os soy sincero, no estoy muy seguro. Quizá porque quería criticar a los que se muestran indiferentes ante la manera de escribir de la gente, quizá porque quería evocar unos cuantos sentimientos con vosotros. O quizá porque, y creo que esta es la razón principal, porque creo que escribir vale la pena.
Twitter: @MrCharlioRoger
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